domingo, diciembre 22, 2024
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Obispo Reynaldo Franco Aquino llama a la familia dominicana congregarse

El Dr. Reynaldo Franco Aquino, líder eclesiástico, hizo un llamado a las familias dominicanas para unirse en oración durante la temporada navideña y buscar la guía divina en este período de preparación.

Destacó la relevancia de noviembre como el "Mes de la Familia", establecido por decreto gubernamental en 1971, con el propósito de promover la formación integral de la familia, considerada el núcleo vital de la sociedad en el país.

En su comunicado, el Obispo Franco Aquino subrayó la importancia de tener a Dios como eje central en la vida familiar, recordando el estatus único de la República Dominicana al incluir a Dios en su escudo y adoptar la Biblia como manual de vida.

Afirmó su convicción de que, a pesar de los desafíos pasados y presentes, la voluntad divina es bendecir y multiplicar su gracia sobre el pueblo dominicano.

El líder religioso señaló la falta de promoción de valores en los medios, la idea errónea de asociar fatiga y estrés con productividad, y la ausencia de respeto hacia las generaciones anteriores como desafíos principales que enfrenta la familia en la actualidad.

Aseguró que la verdadera salvación ante estos desafíos radica únicamente en Dios y resaltó la importancia de conocer los códigos divinos para evitar caer en la maldad, el pecado y el juicio por desconocimiento.

Instó a las familias a mantenerse unidas, especialmente después de los desafíos vividos durante y tras la pandemia, e invitó a la comunidad a explorar distintos ministerios y servir con los dones recibidos para glorificar a Dios.

Enfatizó el papel crucial de la familia como lugar donde se aprenden valores, normas y se experimenta confianza, resaltando la necesidad de fortalecer el apoyo familiar.

Exhortó a ampliar la protección para que el diseño divino perdure en las generaciones futuras. Concluyó destacando la responsabilidad de la República Dominicana en ser ejemplo para otras naciones, manifestando el amor eterno y superando el mal con el bien, activando así la atmósfera profética de Dios.